Quedaron 10 mineros atrapados en las minas de carbón en Coahuila, no existen condiciones para rescatarlos.
Extraerlos correctamente tardaría 24 meses dentro de los cuales 6 de ellos serían de pura construcción del acceso más varios meses de trabajos con maquinaría.
Hoy 29 de agosto se ha informado por parte de los familiares que se ha suspendido el rescate de los mineros y quedarán bajo tierra.
La realidad se ha impuesto a la esperanza en Coahuila. Por primera vez el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha dado por muertos a los 10 mineros atrapados en un pozo de carbón del municipio de Sabinas desde hace casi un mes. Lo ha hecho con un cambio sutil en su discurso: de decir “rescate a “recuperar los cuerpos”. El pasado jueves el Gobierno ya reconoció que los trabajos para sacar a los obreros van a extenderse al menos entre 6 y 11 meses, una posibilidad que los familiares de las víctimas rechazaron de plano. Este domingo, finalmente, han tenido que resignarse con la nueva estrategia y aceptar el plan de López Obrador, además de una indemnización todavía a determinar.
“Hubo consulta con especialistas de Alemania y Estados Unidos. Nos proponen un rescate haciendo unos tajos, de esa manera podemos rescatar los cuerpos de estos mineros”, declaró el mandatario durante una rueda de prensa en Nuevo León. López Obrador también se ha referido a la reunión que sostuvieron con los familiares de las víctimas y su negativa inicial a la nueva estrategia de rescate: “Mandamos a consultar con los familiares, se pusieron muy tristes. Es una situación muy difícil, estaban muy alterados, no querían nada, y ya han aceptado y también hay un consenso, las 10 familias están de acuerdo que se lleve a cabo este trabajo. No aceptaban por el tiempo, porque nos va a llevar más tiempo el rescate, y ellos quisieran que fuese lo más pronto posible”.
Los 10 mineros quedaron atrapados el pasado miércoles 3 de agosto después de que una inundación provocara un derrumbe en las galerías en las que trabajaban. De inmediato, la comunidad y las autoridades movilizaron un operativo de rescate masivo al que se sumaron incluso empresas especialistas de Alemania y Estados Unidos —demasiado tarde, en opinión de los familiares—. Aun así, no fue posible salvar con vida a los hombres debido a las enormes dificultades del trabajo: el nivel de agua en los túneles era inabarcable y existía un riesgo constante de provocar un nuevo colapso. No se ha podido establecer contacto con ellos desde el desplome, no tenían comida ni agua potable.